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martes, 14 de febrero de 2017

Cuando la regla no cumple con ninguna regla

A la mayoría de las mujeres les gustaría tener un ciclo menstrual regular que no se acompañara con ningún signo o síntoma desagradable. Pero la realidad en muchas ocasiones es bien distinta, las alteraciones del ciclo y los signos y síntomas acompañantes interfieren en la calidad de vida de las mujeres, suponiendo un problema de salud importante.
Cuando la regla no cumple con ninguna regla la mujer se siente incómoda con su cuerpo, o mejor dicho, con el funcionamiento de su cuerpo. No existe una “regla” universal para la menstruación, cada mujer es diferente, y en la individualidad de esa diferencia también existen múltiples diferencias según el momento vital por el que se atraviesa. Bien conocidos son los casos de alteraciones en el ciclo ante la fecha cercana de un examen o ante el deseo imperioso de ser madre.
El ciclo menstrual o regla comienza con la menarquia (primera menstruación que tiene la mujer), se mantienen durante la edad reproductiva y cesa con la menopausia. La edad media de la menopausia en España se encuentra entre los 51-52 años. El ciclo menstrual va a depender fundamentalmente de la secreción de hormonas del ovario, del hipotálamo y la hipófisis.
Es muy frecuente que en chicas jóvenes se produzcan ciclos anovulatorios, esto quiere decir que a veces los ovarios no desprenden ningún óvulo. Normalmente, al incrementarse la edad se suele establecer un patrón regular en el ciclo que se mantiene durante la mayor parte de la etapa reproductiva de la mujer. Los ciclos suelen acortarse cuando se aproxima la menopausia.

 
Como decíamos anteriormente, los primeros ciclos suelen ser bastante irregulares, siendo hasta la mitad anovulatorios en el primer año. Las molestias menstruales se relacionan con los ciclos ovulatorios y normalmente están ausentes en las hemorragias anovulatorias. Es muy común tener ciclos ligeramente irregulares durante los dos primeros años de menarquia, aunque puede que las chicas que tengan los ciclos inferiores a los 21 días con una menstruación mayor a 7 días o hemorragias intensas necesiten realizarse controles médicos para buscar posibles causas que los produzcan (problemas en la coagulación sanguínea, embarazo…).
Los ciclos mayores a 90 días pueden estar relacionados con trastornos en la alimentación (anorexia, bulimia…), insuficiencia ovárica primaria (menopausia precoz), estrés, siendo el síndrome de ovario poliquístico la causa más frecuente de la amenorrea en adolescentes.
La mayoría de los ciclos duran entre 21 y 25 días, la menstruación entre 4 y 7 días y se suelen perder unos 30 mililitros de sangre.
Puede haber múltiples alteraciones del ciclo menstrual. A continuación presentamos una tabla que resume las mismas.


Duración
Ciclos o ritmo
Intensidad
Amenorrea
-
-
-
Opsomenorrea
Normal
Largos
Normal
Oligomenorrea
Escasa
Normal
Normal
Hipomenorrea
Normal
Normal
Escasa
Proiomenorrea
Normal
Cortos
Normal
Polimenorrea
Elevada
Normal
Normal
Hipermenorrea
Normal
Normal
Elevada
Polimenorragia
Elevada
Cortos
Elevada
Menorragia
Elevada
Normal
Elevada
Menometrorragia
Menorragia + Metrorragia
Hemorragia intermenstrual
Pérdidas intermenstruales normales
HUD (hemorragia uterina disfuncional)
Sangrado uterino anómalo que no se puede atribuir a enfermedades

Las alteraciones menstruales por exceso están causadas por: embarazos, enfermedades endocrinológicas, alteraciones en la coagulación, uso de anabolizantes, cosméticos, contraceptivos, problemas ováricos, traumatismos (incluidos los abusos sexuales), infecciones, pólipos…
Las alteraciones menstruales por defecto están causadas por: alteraciones hormonales, infecciones, tumoraciones, pérdida de peso excesiva, cirugías, síndrome de ovario poliquístico, himen imperforado…
Uno de los trastornos del ciclo menstrual más habituales e incómodos es la dismenorrea. La dismenorrea es el dolor pélvico que se produce antes y durante el ciclo menstrual. Afecta al 60-90% de las mujeres en etapa fértil y suele acompañarse de náuseas, vómitos, taquicardia, diarrea, vértigo, sudoración excesiva, sensibilidad mamaria, gases, cefaleas y alteraciones en el estado del ánimo.
Es bien conocido el síndrome premenstrual que incluye irritabilidad, cambios del humor, depresión, hostilidad, gases, dolor en las mamas, cambios en el apetito, sofocos, insomnio, cefalea, fatiga, confusión, falta de concentración… Estas alteraciones suelen aparecer entre 1 y 2 semanas antes de la aparición de la menstruación.
Como hemos visto, cuando hay una alteración del ciclo menstrual, además del trastorno físico que puede producir, también puede provocar cambios a nivel psicológico y emocional. Es muy importante identificar si existe una causa que lo produce y tratarla si es necesario. Por lo tanto, va a ser fundamental consultar con el/la médico de atención primaria, el/la matrón/matrona, el/la pediatra o el/la ginecólogo/a, según el caso, para que realice una valoración individualizada. Por ejemplo, es fundamental conocer los antecedentes familiares, puesto que estas irregularidades pueden haberse dado en madres, abuelas y otras mujeres de la familia.
Entre las pruebas que se pueden realizar para valorar a la mujer con trastornos menstruales se encuentran: inspección de genitales externos, de la vagina y el cérvix (cuello del útero), palpación abdominal, analíticas (test de gestación, hormonales, coagulación, hemograma…), ecografías, biopsias, histeroscopias…




Imagen | uterus de Servier Medical Art bajo licencia CC BY 2.0

Imagen de fondo: Group Jump de Paolo Dala bajo licencia CC